Causas que provocan que un árbol pierda su verticalidad
Los arboles necesitan de media de uno a tres años para generar un sistema radicular básico con el que sustentar su parte aérea. Un árbol en su fase inicial de crecimiento se encuentra expuesto a multitud de riesgos que pueden provocar que su tronco o su copa se desvié de su forma natural.
Algunos de los factores de riesgo son:
Agresiones
Una agresión muy habitual, se da cuando se utiliza el fuste del árbol como punto de apoyo para anclar algún material que provoque tensión, como por ejemplo cuerdas de fijación, otro ejemplo característico de ataque se produce cuando se utiliza el tronco como soporte para atar bicicletas o colocar carteles publicitarios, golpes, encontronazos y atentados de todo tipo contra el tronco del árbol, son causa probable de provocar malformaciones en la estructura del árbol.
Fragmentación del sistema radicular
Cuando se ejecutan obras que llevan aparejadas el movimiento de tierras, ya sea para abrir zanjas, o realizar algún rebaje del terreno, por ejemplo en la construcción de carreteras o caminos, o en la cimentación de muros, se suelen producir daños parciales en el sistema radicular de los arboles que vegetan en las proximidades. La eliminación de parte del sistema radicular de un árbol, afecta gravemente a la estabilidad del ejemplar.
Poda de arboles
Las poda de árboles en altura mal ejecutada, con cortes que sobrepasan gravemente la lógica, en cuanto a las dimensiones de los mismos, pueden dar lugar a ramas condominantes, es decir tallos que compiten por la dominancia apical, generando una estructura de árbol deficiente.
Contingencias climáticas
Rachas de viento dominante en una única dirección, generan arboles torcidos, esto ocurre muy significativamente en el valle del Ebro, donde el cierzo sopla de forma reincidente a lo largo de los años.
Un periodo de lluvias copiosas puede generar un terreno inestable y esta situación puede dar lugar a que un árbol adulto se desplace y pierda su verticalidad.

Como talar un árbol inclinado
Como hemos leído anteriormente, existen multitud de causas que pueden originar la tala de un árbol torcido, se calcula que un árbol que lleve tiempo inclinado menos de 40º y no tenga mas defectos, en principio, no presenta peligro, pero atendiendo a la valoración de los técnicos municipales y una vez aprobado el apeo de un árbol, debemos de proceder de la siguiente forma.
Medidas de seguridad
Antes de proceder a la tala de un árbol, se debe formar un perímetro de seguridad de al menos el doble de su altura, sobre todo en la dirección en la que va a caer. Estudie todas las posibles trayectorias de caída del árbol para elegir el método de apeo más seguro antes de iniciar el corte de árbol con motosierra.
Intervención
Si se considera apropiado, se puede utilizar un tractel para orientar la caída del árbol. Hay que colocarse con el en la dirección hacia la que se quiere derribar el árbol. Una vez colocado el tractel y tensada la cuerda, se empezaran a realizar los cortes de tala.
Corte de dirección
La cuña de dirección se consigue a través de dos cortes, corte inferior (corte completamente horizontal, realizado en la base del árbol) y corte superior (corte oblicuo efectuado por encima del anterior y que finaliza coincidiendo con el). Se recomienda comenzar por el corte inferior. La apertura o angulo de la cuña, suele realizarse a 45º. Un dato muy importante a tener en cuenta, es que la profundidad del corte de dirección nunca debe sobrepasar un cuarto del diámetro del tronco.
Corte de tala
Este corte determina la velocidad de caída del árbol, es un corte completamente horizontal en la parte opuesta al corte de dirección. El corte de tala, no secciona completamente el tronco, siempre hay que dejar la llamada zona de quebradura, que equivale a un 10% del diámetro del tronco.
Al llevar a cabo el corte de tala, se debe prestar mucha atención al comportamiento del árbol.
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